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Pinceladas de Córdoba
¿Quieres ver Córdoba? o Sentir Córdoba
Saldrás de nuestro hotel Macià Alfaros, hacia tu izquierda. Pasarás por el Ayuntamiento y te adentrarás en el barrio de la Judería. Caminarás despacio. Disfrutarás cada paso. Llegarás a la Mezquita-Catedral y, finalmente, descansarás en la orilla del Puente mientras disfrutas de la panorámica.
Sabemos que esto será así. Ahora, deja que te contemos aquello que se te ha pasado por alto en tu caminar.
En el corazón de la Judería, esta callejuela puede presumir de ser una de las calles más bonitas de Córdoba. Estrecha y sinuosa, jalonada de un lado a otro por preciosas
Más conocida como la plaza del Cristo de los Faroles es, sin lugar a dudas, el rincón más emblemático de Córdoba. Un pequeño tesoro que guarda una calma enigmática
donde ni tan siquiera una fuente rompe su silencio.
La austeridad es su sello. El poeta cordobés Ricardo Molina la retrató de una forma justa diciendo de ella “No es más que un rectángulo de cal y cielo… ¡ni menos!”. Sobre este rectángulo descansa el Cristo de los Faroles, obra donada por los capuchinos franciscanos.
Lugar que guarda promesas y besos furtivos, así como emociones cofrades, ya que son dos las hermandades que arrancan sus pasos cada Semana Santa cordobesa, la Plaza de Capuchinos es ese sitio en el que debes entrar, debes parar y debes dejarte llevar.
Si en Córdoba hay vida, la vas a encontrar en sus plazas. Calle, libertad, movimiento. Elige una plaza, toma asiento y observa. Ante ti pasará la Córdoba bulliciosa y alegre, la
Córdoba que ha traspasado fronteras.
Si hay dos plazas en donde esta premisa se cumple al pie de la letra, son en la Plaza de la Corredera y en la Plaza de las Tendillas. En ambas encontrarás un amplio elenco de tabernas tradicionales cordobesas y restaurantes antiguos, donde tendrás la posibilidad de disfrutar, desde bocados delicatessen en miniatura, a las recetas más tradicionales. Si queréis algunos consejos, a nosotros nos encantan las berenjenas con miel, el salmorejo y los flamenquines.
La Plaza de las Tendillas marca el límite entre el casco histórico de Córdoba y su zona más comercial. Se trata de un amplio espacio rodeado por edificios históricos, cafeterías y tiendas cuyo símbolo por excelencia es la estatua ecuestre de Gonzalo Fernández de Córdoba. La escultura de este noble caballero, conocido como “El Gran Capitán”, está hecha en bronce a excepción de la cabeza, que es de mármol.
Recibe su nombre debido a las pequeñas tiendas artesanales que albergaba hace años. Hoy en día, otro de sus símbolos más característicos es El Reloj de uno de sus edificios que, en vez de dar campanadas, da las horas y los cuartos con el sonido de una guitarra española, curioso ¿verdad?